Prostatectomía radical
La operación consiste en la extirpación de toda la próstata, las vesículas seminales y los ganglios linfáticos localizados en la fosa obturatriz. Este tratamiento está reservado para los pacientes que presentan tumor localizado dentro de la próstata (estadio T1 y T2). En estos casos, con la cirugía se puede curar la enfermedad. La operación se puede realizar por vía abdominal (la incisión va desde el ombligo hasta el pubis y es la mas utilizada) o por vía perineal (la incisión se realiza entre los testículos y el ano ( útil en pacientes muy obesos).
Los inconvenientes de la prostatectomía radical son la aparición de impotencia sexual (entre 30 y 100% de los casos según las diferentes publicaciones) e incontinencia urinaria (entre 0.5 y 8% de los casos). Pueden presentarse además otras complicaciones como son la estrechez de la sutura que se realiza entre la uretra y la vejiga o tromboembolismo de pulmón (obstrucción de las venas del pulmón por coágulos desprendidos desde las venas de las piernas o de la pelvis).
Radioterapia
La radioterapia utiliza rayos de alta energía para destruir las células de cáncer de próstata o evitar que las células se dividan o se extiendan. Aunque en la actualidad existen equipos que dirigen con mucho mas precisión que anteriormente los rayos sobre la próstata (radioterapia conformacional), aún se pueden producir lesiones de órganos vecinos a la próstata como son el recto y la vejiga. La radioterapia, al igual que la prostatectomía radical se puede utilizar como tratamiento curativo en pacientes con cáncer localizado dentro de la próstata (T1 y T2), aunque también es útil en los pacientes en los que el tumor se ha extendido algo a los tejidos vecinos (estadio T3), en los que la cirugía no está indicada. En estos casos, en los que el tumor se ha extendido, se ha demostrado que el paciente se beneficia si previamente recibe tratamiento durante 6 meses con hormonas con lo que se reduce el volumen tumoral, siendo la radioterapia mas efectiva y aumentando la sobrevida si se compara con pacientes tratados solamente con radioterapia.
La radioterapia también puede ser útil en pacientes con dolor producido por la afectación de los huesos por tumor (metástasis) y que ya no responden al tratamiento con hormonas.
La radioterapia puede ser administrada de forma externa en sesiones muy cortas (pocos minutos) y diarias durante 30-40 días o interna con semillas radioactivas que se colocan con el paciente anestesiado en un solo acto en el interior de la próstata (braquiterapia). Estas semillas emiten radiaciones durante aproximadamente un año.
Las ventajas de la radioterapia son que evitan una gran cirugía y que raramente producen incontinencia de orina y que la posibilidad de impotencia sexual es menos frecuente que con cirugía. Los efectos adversos de la radioterapia son: diarrea, irritación durante la micción y sangrado durante la defecación.
Tratamiento con hormonas
El tratamiento con hormonas se utiliza preferentemente en los pacientes en los que el tumor se ha extendido a regiones lejanas a la próstata como son los huesos, hígado o ganglios linfáticos. Este tratamiento se puede realizar con una operación llamada orquiectomía, que consiste en la extirpación de ambos testículos o con inyecciones de sustancias llamadas agonistas de LH-RH que se aplican con una periodicidad mensual, bimestral o trimestral dependiendo del producto utilizado, o con la toma por boca de medicamentos como son los estrógenos o los antiandrógenos. Tanto con la cirugía como con los medicamentos el objetivo es el mismo, la anulación de los efectos de la hormona masculina (testosterona) que estimula el crecimiento del cáncer de próstata. El tratamiento hormonal no cura el cáncer, solamente detiene su crecimiento y reduce su tamaño durante un tiempo aproximado de dos años. Cuando el tratamiento deja de ser efectivo, el tumor vuelve a crecer y se dice que el tumor se ha hecho hormono-resistente.
Otras de las aplicaciones del tratamiento hormonal es su utilización antes de realizar radioterapia o prostatectomía radical para disminuir el tamaño del tumor a tratar. En el caso de la radioterapia, su utilidad ha sido demostrada, mientras que en la cirugía existen discrepancias en cuanto a la efectividad del tratamiento hormonal antes de la operación.
Los efectos indeseables del tratamiento con hormonas son: fatiga, decaimiento, sofocos de calor, impotencia y pérdida del apetito sexual.